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Por qué no debes descuidar el líquido de frenos.
Seguro que no hace falta que te contemos que los frenos de tu vehículo son un elemento de seguridad vital. Por eso debes familiarizarte con este sistema, ya que es fundamental para mantenerte vivo y en perfecto estado. Exactamente lo mismo que ocurre con tu coche.
Dentro de este sistema de seguridad del vehículo, el líquido de frenos es parte fundamental. Sin embargo, muchos conductores lo olvidan, incluso entre aquellos que revisan el nivel del aceite de motor, el de transmisión y la presión de los neumáticos de manera regular.
Bien, pues debes saber que el líquido de frenos cumple con una de las funciones más importantes en el vehículo. De hecho, es el encargado de transmitir la presión desde tu pie en el pedal del freno al cilindro maestro y también en los cálipers que sujetan las pastillas de freno y detienen las ruedas, si el automóvil cuenta con frenos de disco. Resumiendo: sin líquido de frenos, no hay frenos.
Problemas en los frenos
Los fallos del freno pueden deberse a muchos y variados factores: un mantenimiento poco frecuente o inadecuado, bajos niveles de líquido de frenos y pastillas de freno gastadas, un daño no detectado por causa desconocida y el desgaste por condiciones externas, como pueden ser el polvo de los caminos o la sal en ambientes marinos.
Además, si tu coche ha arrastrado un remolque pesado que no tiene frenos, los de tu vehículo pueden haberse visto afectados, ya que se podrían recalentar y, por tanto, sufrir un desgaste acelerado.
¿Cómo puedo saber si mis frenos están funcionando como deben?
En primer lugar, debes permanecer atento a una serie de señales que podría darte tu coche. Si notas que experimenta cualquiera de los siguientes problemas, es hora de llevarlo a revisión:
Ruidos extraños: si cuando pisas ligeramente el freno escuchas un chirrido, conviene que lleves el coche al taller tan pronto como puedas. Si además el ruido es similar al que produce algo que se esté moliendo, el síntoma es particularmente grave, ya que podría deberse a que las pastillas están gastadas y el cáliper de freno está entrando en contacto con el disco, lo que podría destruirlo.
Este ruido también podría indicar falta de lubricación si tu coche tiene frenos de tambor trasero. La zapata de freno, que es el componente que presiona el rotor para detener el vehículo, podría estar siendo raspada por el contacto con el metal de los componentes del freno.
Movimientos o sensaciones irregulares: si en el momento de circular y activar los frenos sentimos que el coche tira hacia un lado, podría significar que los frenos no están bien ajustados, que hay una fuga del líquido de frenos en algún punto del circuito o que los componentes de este sistema están gastados y necesitan ser sustituidos. Ojo, porque todo esto puede causar pérdida del control del vehículo.
En algunos casos, si notas que se hunde el pedal de freno más abajo de lo normal, que éste vibra o adviertes una diferencia en su resistencia al pisarlo, como por ejemplo una sensación esponjosa, es muy posible que hayan entrado aire o humedad en el sistema de frenado. También puede ser que el nivel de líquido de frenos sea bajo y por eso se produce esa sensación en el pedal.
Si notas vibraciones en el volante, pueden deberse también a un disco de freno irregular. Cuando presionas el pedal de freno, las pastillas abrazan los rotores, disminuyendo la velocidad de tu vehículo, por ello lo mejor es que siempre estén lisos y completamente uniformes en cuanto a su espesor.
Además, una superficie desigual puede hacer que el disco golpee una de las pastillas de freno a medida que gira, haciendo que parte del material de la almohadilla se transfiera al rotor en ese punto. Si se da ese caso, sentirás vibraciones al frenar, ya que el cáliper golpea en ese punto del disco.
Incapacidad para detener el vehículo rápidamente: si observas una mayor distancia de frenada, lo más seguro es que haya desgastes de las pastillas y pérdida de la eficacia de los frenos. Esto supone un grave problema si necesitas hacer una frenada de emergencia.
Testigos encendidos: tal vez sea el indicativo más obvio. El testigo de los frenos encendido en el salpicadero quiere decir que algo no funciona. De hecho, normalmente indica que el nivel del líquido de freno en el sistema es insuficiente.
Olor a quemado: un fuerte olor químico/quemado después de haber conducido en condiciones severas en carreteras escarpadas es una señal de que los frenos o el embrague se han sobrecalentado. Lo mejor que puedes hacer en este caso es aparcar en un lugar seguro, revisar el freno de estacionamiento para asegurarte de que está completamente liberado y dejar que los frenos se enfríen.
Si no lo haces, te arriesgarás a calentar el líquido de frenos hasta su ebullición, algo que puede causar fallos peligrosos en el sistema. Si observas humo procedente de alguna rueda, puede deberse a un cáliper de freno atascado y no deberías seguir circulando sin reparar la pieza.
Recuerda que la mejor medida de seguridad consiste en utilizar siempre un líquido de frenos de calidad y que cumpla con todos los requisitos del fabricante de tu vehículo. En próximos posts te hablaremos sobre el cambio de este fluido y cómo reaccionar si falla el sistema de frenos.
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